Un verano astronómico en el CAA

Durante el período estival son muchos los que aprovechan el buen tiempo y las altas temperaturas para sacar su telescopio y aprovechar toda la noche sin frio y realizar largas sesiones de observación astronómica o incluso de astrofotografía.

El que lleva mucho tiempo en esto sabe que el verano no es la mejor época del año si quieres tener cielos poco turbulentos, las altas temperaturas hacen que la mayoría de las noches los objetos no se vean con total claridad, pero es mucho más fácil compartir esta afición con tus familiares, amigos y vecinos bajo unas agradables temperaturas, que pedirles que se queden contigo una gélida noche de invierno, por aquello de que en invierno se ve todo más claro y menos turbulento.

Así pues, algunos de nuestros miembros del CAA salieron con sus telescopios a disfrutar de cielos, como por ejemplo Marcelo que tiene la suerte de poder ver la luna llena desde la terraza de su piso en Madrid y aprovechó el día 9 de agosto para capturar esta fotografía de todo el disco lunar:

Nuestro compañero Javier también realizó varias salidas en el pueblo, donde la contaminación lumínica es mucho menor y hay cielos mucho más oscuros, sobre todo en Julio con luna menguante, antes de que la luna se hiciera predominante en el cielo a inicio de la noche, y capturó algunos objectos de cielo profundo, como la Nebulosa del Velo, la Galaxia del Remolino o la Nebulosa Omega:

Aunque nuestro líder José Ripero nos supera a todos con creces con hasta 650 observaciones a diferentes objetos durante este verano, como novas enanas, estrellas variables, novas recurrentes, etc… destacando entre ellas la observación y vigilancia de T Coronae Borealis (T Crb que es una nova recurrente) cuya explosión se espera muy pronto. Y también la super nova SN 2025rbs en la galaxia espiral NGC 7331 que ocurrió durante este mes de julio, que es, de momento, el evento transitorio más brillante de este año alcanzando una magnitud aparente de 11,5 aproximadamente. Todo ello con su telescopio Dobson Orion de 40,6 centímetros de apertura, todo un coloso de la astronomía:

El verano es siempre momento de compartir la astronomía. La gente está de vacaciones y alza la vista al cielo por la noche, y comienzan a interesarse por el cosmos, sobre todo lo niños que están llenos de dudas y preguntas super interesantes y divertidas sobre que será eso que brilla en el cielo y que sentido tiene.

Es un momento ideal para estimular en ellos la curiosidad científica y que despierten su interés por esta increíble afición. Con que levanten de vez en cuando la mirada al cielo preguntándose cosas y entendiendo poco a poco cómo funciona el universo, habrá merecido la pena.